Nuestra versión


PLANTEAMIENTO
En la puesta en escena hemos evitado cualquier recreación del barco. Nuestra apuesta es ubicar al espectador en la habitación donde malvive Tim Tooney, rodeado de los recuerdos de aquella buena época. El objetivo dramatúrgico es estimular la imaginación del espectador y trasladarle a bordo del barco sin reproducir ese espacio. Sugerir, esbozar, apuntar... Conseguir que, en su cabeza, los espectadores vean la película de la vida de Novecento.

ESCENOGRAFÍA Y ATREZZO
La cuidada escenografía reproduce el interior de la casa donde vive Tim Tooney con todo lujo de detalles. En los rincones, recuerdos: la funda de la trompeta esconde una miniatura de la banda, el armario un diorama de la ciudad de Boston...


INTERPRETACIÓN
El trabajo actoral es fino y exigente, ya que Jon del Vas, además de contar la historia de Novecento al público, construye una veintena de personajes. Empezando por Danny Boodman, el marinero que encontró al pequeño Novecento encima del piano, hasta el propio Novecento, pasando por Jelly Roll Morton, el inventor del jazz, o Sam Stull, camarero del Virginian.



MÚSICA
La música es un elemento particularmente importante en este espectáculo. Hemos cuidado muchísimo la selección musical, ajustando con exigencia las piezas a las minuciosas descripciones de Baricco. El resultado final es muy satisfactorio, y la música (que abarca desde Debussy hasta Billie Holyday, pasando por el mismo Jelly Roll Morton o Shostakovitch) se convierte en otro personaje de la historia.